Uhmmm, a ver, pensemos. Quizá sea esto a lo que se refiere la Rigalt con que les cuesta menos ser simpáticos:
O quizá se refiera al bolígrafo de Josemari Ánsar que colocó en el escote de Marta Nebot.
O al "No, no, ven aquí y me lo cuentas" de Camps.
O al "hijoputa" de Esperanza Aguirre.
O al "mantén las distancias" que le tiene que decir una manifestante a Esperancita cuando se le encara.
O al euro que Trillo "regaló" a un periodista por preguntarle por las armas de destrucción masiva (sin contestar, claro).
O al "¿Quiénes son para decirme cuánto puedo beber?" de Aznar a la Dirección General de Tráfico en una campaña contra el alcohol.
O al "La Constitución ha cumplido 18 años: si fuera un hombre podría votar y si fuera mujer se vestiría de largo" de tan ínclito ser humano como Miguel Ángel Rodríguez. Ay, qué buenos tiempos nos dejó...
Yo no sé si la simpatía la dan las siglas, como dice Rigalt en dicho artículo. Lo que sí sé es que el PP ha dado no una, sino muchas pruebas de prepotencia y ordinariez. Para muestra, cuatro botones: http://www.publico.es/espana/295855/derecha/ordinaria (no os perdáis el gesto de clase del rey).
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